Lo primero que debemos reconocer es lo que nos está atascando.
Para eso, debemos hacernos una gran pregunta:

~ ¿Cuál es nuestro gran conejo blanco? Ese que ocupa gran parte de nuestra mente y, aunque demos un pequeño salto, su cobardía nos deja flotando en el río de las excusas. ¿Cuál es?

¡YA ES HORA DE QUE LO RECONOZCAS!

Una vez que lo sepamos, podremos dar ese doble salto hacia el jardín de la madurez. Ahí entenderás que todo es nuestra responsabilidad.

Hacernos cargo de nuestra vida significa eliminar las emociones negativas, decidir quién queremos ser y poner nuestra fe únicamente en nosotros mismos para lograr nuestros propósitos. Las personas más felices son las que tienen control de sí mismas y son libres.

NO TE DAS UNA IDEA DE LO BIEN QUE SE SIENTE.

Lo opuesto a la responsabilidad es la culpa. Para eliminar las emociones negativas, debemos asumir que no existe culpa, sino situaciones llenas de responsabilidades y desafíos.

¿Sos un lanzador o un receptor de culpas?

El perdón es libertad y paz mental… Eso es lo que obtenés.